No hay fiesta de Halloween que se precie sin calabaza. Lo ideal es comprar una grande y varias pequeñas y decorarlas con motivos de miedo.
- Para evitar accidentes, lo mejor es que los niños vacíen la pulpa de las calabazas con una cuchara y después un adulto, con un cuchillo, haga los ojos, la nariz y la boca.
- Si ponemos una vela dentro, tendremos unas lámparas geniales.
- Otra opción es llenarlas con caramelos y gominolas y dejar que estos salgan por la boca.
- Luego, podéis preparar una tarta con la pulpa que nos ha sobrado.
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