jueves, 13 de noviembre de 2014
Chiquitín y Grandullón
En el jardín de una casa vivían dos perros.
Uno se llamaba Chiquitín y el otro se llamaba Grandullón.
Chiquitín no paraba de ladrar todo el día y a Grandullón le gustaba el silencio.
- "¡Eres un perro muy pesado!", le dijo contestaba Grandullón.
-"¿Pesado yo? Tú sí que pesas mucho, Grandullón".
-"Como sigas ladrando te daré un mordisco en el hocico", le decía Grandullón, y así conseguía asustarlo.
Pero Chiquitín seguía ladrando. Grandullón no podía aguantarlo. Un día se puso hojas de perejil en los oídos, y así pudo descansar de los ladridos de Chiquitín.
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